La realidad: lo que aprendí mientras mis estudiantes investigaron las dictaduras del pasado

Cada año mis estudiantes de español V investigan las dictaduras del siglo XX en Latinoamérica (y, a veces, España).  Este año estudiaron la situación política de la Argentina, El Salvador, y Nicaragua.  Les pido que escriban ensayos que analicen lo que pasó bajo varios dictadores y el clima político o social del país hoy en día.  Además, y esto es la clave, los estudiantes tienen que entrevistar (por correo electrónico o Skype) a los expertos de los países que están investigando.

El trabajo de los estudiantes siempre me inspira y siempre me enseña algo nuevo.  Este año una estudiante le pidió a su experto por ejemplos específicos de cómo sobrevivió la dictadura bajo la cual le tocó vivir.  Uno de mis ex-profesores salvadoreños de la escuela española del verano de Middlebury College, Félix Ulloa, hijo, explicó que mientras vivía en exilio en México su esposa le ayudaba por pasar a escondidas métodos de comunicación para que él mantuviera contacto con la gente en El Salvador.  He conocido a Félix Ulloa, hijo, desde 2001 y nunca había oído esta historia de él.  Otras, sí, pero ésta no.  Este relato conmovedor nos mostró el coraje y el amor de su familia durante una época peligrosa.

Otra estudiante recibió un correo electrónico que le explicó el dolor de sufrir la desaparición de un pariente.  Ignacio Aldonis le detalló cómo el padre de su esposa desapareció con su esposa, Natalia, cuando tenía dos años.  Hace pocos años, la abuela de Natalia viajó a Bariloche y les compró regalos a los demás en la familia.  Cuando Natalia abrió su regalo, encontró el recibo de la tienda y al mirarlo, descubrió el nombre del dueño de la tienda.  Era idéntico al nombre de su padre.  Ignacio Aldonis relató cómo, por unos minutos, le entró la esperanza de que su padre no hubiera desaparecido sino que hubiera escapado y estuviera vivo.  Natalia, de verdad, sabía que esta realidad era improbable, pero igual, la próxima vez que fue a Bariloche para su trabajo, pasó por la tienda para asegurarse que no era su papá.  Y, no lo era.

No quiero sugerir que no aprendí nada de los otros ensayos de los estudiantes, porque cada ensayo me informó de algo que no sabía antes.  Estoy muy orgullosa del trabajo de mis estudiantes cada año al hacer estas investigaciones.  Además, quiero agradecer a los que ayudan tanto a mis estudiantes al comprender más sobre la historia, el mundo, y lo que signfica ser humano.  Les agradezco a los expertos por su pasión, su compasión y su amor.  Otros individuos que me han ayudado en el pasado y merecen ser reconocidos son: Ana María Marcos, Martha Guadalupe Romero García, Juan Maldonado Gago, César Morales Pérez, Marcelo Pelligrini. Y, les doy gracias a ambos mis estudiantes y los expertos por enseñarme aún más sobre la realidad.

http://es.wikipedia.org/wiki/Usuario:Mariooc/Felix_Ulloa_hijo

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