El arte y la generosidad (definida)

Manos extendidas, el hombre rogaba por algo para comer. La figura era frágil y hambrienta. Todo tuve en mi possesión era  mi último cupón de comida, mi único acceso a comida para todo el día. Pero su ojos eran cansados de sufrir, y me dio un dolor de alma. Estaba claro que él necesitaba la comida más que yo. Le di el cupón con una sonrisa, y el hombre estaba tan agradecido. Luchaba por ponerse de pie, y me abrazó con lágrimas en sus ojos. Yo no había comido en horas, pero él no había comido en días. Fue ignorado por todos en la calle porque pensaban que era otro mendigo. Yo era culpable de ignorar a los necesitados también, pero ese hombre estaba lleno de amabilidad y gratitud. Ese día me camino con hambre. Seis años más tarde estaba caminando en la misma calle. Un nuevo restaurante había abierto. Pedí mi comida porque tenía mucha hambre y empecé a comer de inmediato. Me di cuenta que no tenía suficiente dinero para pagar- Cuando traté de explicar, el hombre me dijo que yo no le debía nada. El me dijo que él era el hombre que había recibido mi cúpon hace varios años. Aquel día le había dado esperanza en la humanidad, y dijo que nunca había olvidado mi generosidad porque nadie estaba dispuesto a ayudarle cuando era pobre. Ahora tiene el restaurante de sus sueños, y había estado esperando mi regreso. Mi acto de generosidad cambió su visión de la vida, y sirve comidas gratuitas para los necesitados. Dijoo que no iba a dejarme ir sin comer una comida con él. Comí bien. La comida llenó tanto el estómago que el corazón.  Un acto de generosidad puede cambiar una vida. Para mi fue una cosa trivial pero para él era todo.

Hands extended, the man begged for something to eat. His figure was fragile and starved. All I had in my possession was my last meal voucher, my only access to food for the entire day. But his eyes were tired of suffering and it gave me an ache in the heart. It was clear that he needed food more than I did. I gave him my voucher with a smile, and he was so thankful. He struggled to his feet and embraced me with tears in his eyes. I had not eaten in hours but he had not eaten in days. He was ignored by all those passing by for they thought of him as another beggar. I too was guilty of ignoring the needy, but this man was full of kindness and gratitude. That day I went hungry. Six years later I was walking in the same street. A new restaurant had opened. I ordered my food and began eating immediately because I was so hungry. I then realised I did not have enough money to pay. I began to explain but the man I talked to told me not to worry. He explained to me that he was the man I fed that day. That day I restored his hope in humanity and he never forgot my generosity because no one else helped him when he was poor. Now he owned the restaurant of his dreams and was waiting for my return. My act of generosity changed his view on life and he was now selling free food to the poor. He said I could not leave without eating a meal with him. I ate well. The food filled both my stomach and my heart. One act of generosity can change a life. For me what I did was trivial but for him it was everything.