Estimada Danielle Paige,
La lectura para mí siempre ha sido un lucha constante. Mi mente hiperactiva nunca podría instalarse y enfocarse lo suficiente como para permitirme disfrutar de las historias. Nunca pude explorar los “mundos diferentes” de los que habla la gente sobre cómo ser transportados mientras leen libros. Ningún libro realmente captó mi atención. Por cada libro que realmente leí de principio a fin, probablemente había empezado con veinte, pero perdí el interés y los dejé de leer. Probé libros que van desde el mundo ficticio de The Adventures of Sherlock Holmes, hasta las memorias, The Glass Castle. Sin embargo, recuerdo exactamente el día que recogí el libro, The Wonderful Wizard of Oz.
Tenía ocho años y me exigían leer veinte minutos por noche para mi clase de lectura de tercer grado. Busqué en mi casa un libro que, al menos, estaba dispuesto a leer durante las siguientes semanas. Puede sonar cliché, pero encontré El Maravilloso Mago de Oz escondido en lo profundo de una estantería polvorienta y vieja que tiene mi familia. Mi familia está tan ocupada que ninguno de nosotros tiene suficiente tiempo para sentarse y leer. La estantería estaba llena de un montón de libros que pensamos que íbamos a leer en algún momento, pero nunca terminamos por hacerlo. Sin embargo, cuando recogí el libro, me comprometí de inmediato con la historia. Esa fue la primera vez, y una de las únicas veces, sentí que estaba aparte de la historia. Era como si pudiera cerrar los ojos y ver aparecer el Castillo de la Ciudad Esmeralda como si fuera magia. Finalmente entendí lo que era ser transportada a una nueva tierra de magia y aventura. Mi pequeña mente de ocho años estaba asombrada y me encontré leyendo durante más de veinte minutos por noche. Mis ojos estaban pegados a cada palabra en la página.
Para el resto de la escuela primaria, nunca encontré un libro que me intrigara que tenía el maravilloso Mago de Oz. Aunque cuatro años después, encontré otro libro. El título era Dorothy Must Die, y solo por el título ya quería saber más. Cuando comencé a leer, tu serie de Dorothy Must Die me recordó cuando tenía ocho años y leí sobre Glinda la Bruja Buena y el Camino de Ladrillos Amarillos. Tu giro en The Wonderful Wizard of Oz creó un impacto mucho mayor. La tierra que amaba como un niña, la tierra a la que podía viajar en mi mente, fue destruida en la serie Dorothy Must Die. Tenía un apego tan emocional a Oz que leí el primer libro de su serie en una semana. Luego leí todas las precuelas y otros libros de la serie, y actualmente estoy leyendo el nuevo libro de la serie, The End of Oz.
Cada vez que leo esta serie, siento una oleada de nostalgia. Me devuelve al primer libro que amé por primera vez. Tu serie me hizo volver a leer. Tengo una fuerte pasión por las historias que creaste y los lugares que creaste para que mi mente las transporte.
Respetuosamente,
Jessica Moyher
Perdidos en sus pensamientos 